Vamos a utilizar todos pronombres del verbo para definir la
palabra critica: Yo critico, tú criticas, él critica, nosotros criticamos,
vosotros criticáis, ellos critican… Todos tenemos derecho de criticarlo todo, pues
vivimos en un estado de derecho que nos garantiza la libertad de expresión y
opinión. Podemos decir lo que queramos sobre cualquier cosa sin insultar,
faltar al respeto o a la dignidad de las personas, pues son principios básicos
del ser humano. Véase Declaración
Universal de los Derechos Humanos. En el momento en el que realizamos un
crítica, ésta debe estar fundamentada en argumentos sólidos que sean capaces de
rebatir por si solos el hecho en cuestión sobre el que estamos hablando u
opinando. Para esto podemos argumentar con un análisis exhaustivo de los casos
concretos que hablamos, aportando enlaces a artículos o referencias a
bibliografía consultada. Es más, si opinamos sobre algo sobre lo que no somos
doctos, deberemos hacer más hincapié en la investigación y contrastación de
datos para no meter la pata, pues es muy fácil que rápidamente tumben nuestra
argumentación y en lugar de que nosotros critiquemos, seamos los criticados.
La mayoría opinamos desde la experiencia, pues la vida nos
enseña que hay cosas que se hacen bien de una determinada manera y no de otra,
a esto podríamos llamarlo experiencia vital o maestría. Y estos últimos puntos
son sobre los que opino yo, pues no me considero docto en nada.
Esta semana ha sido complicada, tensa y estresante en lo
laboral debido a estas cuestiones, pues he dedicado cinco, de los cinco días de
la semana a afirmar, desmentir, confirmar o rebatir todo lo que una persona
opinaba de forma alterada, impulsiva y alarmada, sobre un hecho en cuestión que
me tocaba organizar y que se anunció utilizando las redes sociales.
La libertad de
expresión es algo a lo que no debemos renunciar bajo ningún concepto, nos
guste o no el contenido de lo que estamos leyendo debemos hacerla prevalecer
ante todas las cosas, y ante lo que no nos guste, debemos opinar de forma
serena, crítica y fundamentada o callar para no “meter la pata”. Como dice bien
hoy José Luís Valencia “Querido lector, yo soy Charlie Hebdo”.
Después de escribir esto me han entrado muchas ganas de
salir a correr, así que discúlpenme ustedes que no entre en más detalles y
hasta la próxima.
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